Los cuentos como herramientas de intervención
Cuentos. Libros. Álbumes ilustrados. Libros informativos. Libros-juego. Novela infantil y juvenil. Ficción o no ficción. Con solapas. En pop up.
Múltiples formatos de presentación de un mismo contenido: historias para pequeños (y no tan pequeños) cuya lectura aporta un gran contenido (más allá de lo que se hace explícito en el libro) y transmite siempre, ya sea de manera explícita o implícita, un aprendizaje.
Muchos son los hogares y las bibliotecas (escolares o municipales) que están llenos de libros, cada vez más, gracias al auge del sector editorial, especialmente en lo que respecta a la literatura infantil y juvenil. Además de para aprender y desarrollar aspectos cognitivos, los libros sirven para divertir, para transmitir información, para relajarse antes de dormir o para afianzar los vínculos entre lector y oyente, entre otros. Y así ha sido a lo largo de la historia de la humanidad.
Hace tiempo que los libros me acompañan también en mis sesiones terapéuticas con mis niños. Y no es una novedad que la Psicología utilice la palabra y las metáforas como modo de intervención. Aún no he conocido ningún niño con niña que rehúse de ellos, que no quiera acompañarme en la lectura de un libro, sino todo lo contrario. Y ¿por qué utilizar cuentos como herramienta de intervención terapéutica? Muy sencillo. Yo encuentro varios motivos:
- Sencillez de aplicación. Toda la magia que desprenden los libros sale de sus páginas. Tan sólo necesitamos el libro (si es físicamente, mejor) para comenzar a trabajar.
- Gran aceptación por parte de los niños. Sin trampa ni cartón. Sólo hay un olor, un sonido al pasar sus páginas, unas imágenes inmóviles que observar con atención. Un formato a priori nada atractivo, en comparación con los sofisticados mecanismos tecnológicos que nos rodean en la actualidad, pero con mucho más poder que toda la tecnología que pudiésemos tener a nuestro alcance.
- Fácil acceder a contenido traumático. El hecho de que el paciente no sea vea cuestionado directamente, sino que el terapeuta entre en su mundo interior de una manera indirecta a través del protagonista y sus peripecias, favorece que no se cree una resistencia a trabajar acerca de ese contenido.
- Abarca una gran cantidad de temas. Hay libros sobre la autoestima, sobre el miedo, sobre el acoso escolar, sobre la adaptación al colegio, sobre diversidad familiar, sobre la gestión de enfados, sobre igualdad de género, sobre las emociones…
- Permiten construir nuevas historias. A partir de una primera lectura, podemos inventar finales distintos, podemos construir historias paralelas, podemos cambiar los personajes… Se permite cualquier modificación que ayude a que terapeuta y paciente a identificarse con la historia y sacarle el máximo partido.
- Los niños suelen retener muy bien su contenido y extrapolarlo fácilmente a su cotidianeidad.
No concibo una consulta de Psicología Infantil sin cuentos. Muchos son los que me acompañan en mi práctica cotidiana. Si quiero enseñar a los peques a respirar, siempre viene bien “Respira”, de Akiara Books. Si son los miedos los que les asolan, “Grisgrís”, de Camino García, siempre está dispuesto a enseñarnos una gran lección. Para trabajar la autoestima, tiramos de “Soy una superniña”, de Cristina Oleby, o leemos a “Chiquitina”, de María José Rodríguez. Que hace falta trabajar una pérdida o un duelo, un día utilizamos “No es fácil, pequeña ardilla”, de Kalandraka, y otro día preferimos “Soy la Muerte”, de Bárbara Fiore Editora. “Tengo un volcán”, para hablar de gestión de enfados, o “Cosas que cambian y que a veces nos asustan”, ambos de la editorial Carambuco, para enfrentarnos a situaciones complejas. Y, como premio final, siempre un libro para reírnos y acabar con una gran sonrisa. Eso sí, teniendo siempre en cuenta la edad de mi paciente, sus preferencias, sus resistencias y su ánimo cada día.
Porque, además, los libros no solo están para ser leídos, sino que el trabajo posterior con ellos es tanto o más importante incluso que su lectura. Reflexionar, crear, manipular, debatir y todo un sinfín de posibilidades se presentan ante nosotros cada vez que tenemos un libro en nuestras manos.
Como herramientas fundamentales de trabajo e intervención terapéutica, en cada uno de los cursos que imparta en esta plataforma haré una cuidada selección de libros infantiles con los que trabajar, especialmente cuando se trate de temáticas delicadas en las que el apoyo de las historias sea fundamental. Hablaremos, con ayuda de los cuentos, de duelo, de diversidad, de emociones y de adopción, entre otros.
Te invito a pasarte por mi blog de literatura infantil (www.conuncuentotelocuento.blogspot.com) y descubrir numerosos libros infantiles que nos ofrecen múltiples posibilidades para trabajar, aprender y disfrutar con ellos, bien sea únicamente a través de su lectura o también en combinación con la realización de alguna actividad o manualidad.
Aquí comparto una infografía de elaboración propia que recoge algunos beneficios de leer cuentos a los niñ@s o con los niñ@s.