El aprendizaje situado
El “aprendizaje situado” va muy en la línea de los talleres que realizaremos en los próximos meses, donde le damos mucha importancia al ambiente en el que nos encontramos con los más pequeños/as, pues es ahí donde va surgiendo el aprendizaje. No podemos dudar que aprendemos del medio y de la interacción social, por lo que el ambiente que creemos en cada momento, es muy relevante.
Por ello, en los próximos talleres iremos viendo cómo construir una mesa de luz y qué tipo de materiales podemos usar en ella, donde veremos también una pequeña parte de teoría, para conocer mejor todo lo que inspira a Reggio Emilia; así como veremos qué tipo de materiales de preparación para la lecto-escritura podemos fabricar, conociendo desde este punto de vista la filosofía Montessori. Talleres muy prácticos, que se desarrollarán a lo largo del curso 2020-21 con recursos low cost y/o DIY.
Dicho post se creó, a raíz de la entrada anterior sobre la “Teoría de las partes sueltas”, un post muy interesante a leer también; y nos ha parecido interesante seguir tratando un poco de teoría, porque además de que guarda estrecha relación con lo que vamos a hablar a continuación, al fin y al cabo, nuestras creencias, forma de trabajar y pensamientos como docentes, tienen una base teórica de muchas horas de lecturas y formación. ¡No todo van a ser manualidades en el blog! ¡Ni en los talleres! Todo tiene una base teórica, que sustenta la parte práctica.
¿Qué es el aprendizaje situado?
Muchos métodos de educación didáctica dan por supuesta la separación entre saber y hacer, tratando el conocimiento como una sustancia completa y autosuficiente, teóricamente independiente de las situaciones en las que se aprende y utiliza.
Parece que la principal preocupación de las escuelas consiste en transferir esta sustancia, que está constituida por conceptos abstractos, descontextualizados y formales. La actividad y el contexto en el que tiene lugar el aprendizaje se consideran, por tanto, meros auxiliares del aprendizaje, pedagógicamente útiles, sin duda, pero fundamentalmente distintos de lo que se aprende e incluso neutrales con respecto a ello. ¿Estamos de acuerdo? Lo importante es lo que transferimos, el conocimiento, no el ambiente donde nos encontramos, donde interactuamos y jugamos. (Nótese la ironía…)
Así las prácticas escolares más habituales suelen dar por hecho que el saber es individual, que las escuelas son neutras en relación con lo que se aprende y los conceptos inmutables y no influidos por la actividad en la que se adquieren y emplean.
Esto está en oposición a algunas prácticas educativas, donde se asume, que el conocimiento puede abstraerse de las situaciones en las que se aprende y se emplea. Por el contrario, los teóricos de la cognición situada, parten de la premisa de que el conocimiento es situado, es parte y producto de la actividad, la interacción social, el contexto y la cultura en que se desarrolla y utiliza.
Se aboga por una enseñanza centrada en prácticas educativas auténticas, las cuales requieren ser coherentes y significativas. Se comparte la idea de que aprender y hacer son acciones inseparables, donde un principio fundamental de este enfoque es que se debe aprender en el contexto pertinente.
Bandura (1969) expone que el aprendizaje situado tiene lugar en y a través de la interacción con otros en un contexto de resolución de problemas auténtico. El aprendizaje se produce a través de la reflexión de la experiencia, a partir del diálogo y explorando el significado de acontecimientos en un espacio y tiempo concreto.
Ángel Pérez (2012), expone que existe la necesidad de transformar los contextos, hábitats y escenarios escolares que han dominado la vida académica durante más de un siglo. Para ello, la función del docente es diseñar y crear contextos adecuados de aprendizaje, pues la calidad del aprendizaje depende de ello.
En este sentido, no podemos olvidar que, a diferencia de la creencia más extendida, la enseñanza no causa el aprendizaje, crea contextos, escenarios y condiciones de aprender, que no es lo mismo.
De todo ello se extrae que los métodos de aprendizaje encuadrados en situaciones auténticas no son sólo útiles, sino esenciales. De ahí la relevancia de organizar el aula por rincones o ambientes, donde puedan llevarse a cabo experiencias auténticas, pues de ellas se generan aprendizajes significativos y relevantes, al estar relacionados con situaciones cotidianas, siendo de gran importancia para el desarrollo del menor.
¿Y en la práctica, qué significa todo esto?
Aunque os hayamos dado un poco la lata con tanta teoría aplastante, creemos que es necesario para que ahora, un poco más sobre la práctica a lo largo de la historia, veáis esto más claramente.
De todos es sabido que los rincones o ambientes tienen una larga tradición en la escuela y aunque la cuestión no es nueva, sí sigue siendo actual. Si bien es cierto que a ningún pedagogo en particular se le acredita la creación de los rincones, es necesario mencionar que los indicios de esta metodología se dieron durante el auge de la Escuela Nueva (finales del siglo XIX y principios del XX), ya que es en su apogeo, donde se empieza a hablar de métodos, materiales y actividades diferentes a los tradicionales.
A ver si os resultan familiares estos nombres: Pestalozzi, Fröebel, Decroly, hermanas Agazzi, Montessori, Freinet, Dewey… ¿a que sí? Pues con todos estos modelos pedagógicos, se consiguió enriquecer de una manera u otra esta metodología de la que hablamos.
Nos comenta Loris Malaguzzi (1968) “Si se hacen cosas reales, también son reales sus consecuencias” pues las ideas surgen a partir de los acontecimientos y experiencias reales, dando lugar a respuestas y conclusiones reales
Te invito a entra en el post para descubrir más sobre los pioneros que enriquecieron esta metodología; así como conocer experiencias muy ricas de escuelas actuales aquí en España; sí, sin tener que irnos a Finlandia.
Os dejo aquí el link a mi blog donde conocer más sobre el aprendizaje situado: https://creerescrearconalma.wordpress.com/2016/11/15/el-aprendizaje-situado/
Y ahora, ¿qué pensáis sobre el aprendizaje situado? ¿Es solo importante la transmisión de conocimiento o es igual o más importante si cabe el ambiente, los materiales, la interacción con las personas…? ¿Necesitamos realmente cambiar nuestra mirada y enfocarla a crear ambientes más adecuados para el aprendizaje? ¿Cómo usamos los espacios en el aula? ¿le damos la importancia que tiene al juego o es una simple actividad para rellenar momentos de vacío?
¡Dejadnos vuestra opinión, siempre estamos encantadas de leeros!